Las sequías, que han sido de las peores en más de 72 años, infraestructuras obsoletas y falta de planificación e inversión, son los principales factores que afectan a América Latina creando una grave crisis energética.
Los países de la región han tomado distintas medidas para afrontar estos momentos. Colombia, por ejemplo, ha dejado de exportar energía eléctrica, Argentina apuesta por un ahorro de energía para evitar cortes energéticos en los meses más calurosos del año, Perú, Honduras y Nicaragua enfrentan cortes intermitentes de energía. Los más afectados son Cuba y Ecuador con apagones de hasta 20 y 14 horas respectivamente.
Chile y Uruguay han logrado sortear esta crisis gracias a su apuesta por la inversión en parques eólicos y de energía solar, siendo casi el 40 % de su generación.
En el Ecuador, el 72 % de la energía es dependiente de fuentes hidráulicas, por lo que la situación es crítica, dejando ya pérdidas de hasta 496 millones de dólares según estimaciones de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (CAPEIPI).