A pesar de que existe una ordenanza municipal vigente para que los cables no estén expuestos y al alcance de la ciudadanía pues puede ser una causal de peligro, aún podemos observar una maraña de cables en varios sitios de la ciudad.
Dicha ordenanza municipal dice que es necesario soterrar 75 kilómetros de cables al año, lo que ayudaría a reducir el impacto ambiental y dar seguridad a la ciudadanía ya que en muchas de las ocasiones sus terrazas, balcones y hasta puentes peatonales están cerca de los postes y cables de todo tipo.
Por otro lado, el distrito tiene una superficie de 7.000 kilómetros cuadrados de tendido eléctrico, lo que hace de la tarea un enorme reto, la Empresa Eléctrica de Quito (EEQ) explica que sus cables de luz cumplen parámetros de seguridad y que son los cables de las empresas de telecomunicaciones los que están en los postes mal ordenados.
Es importante organizar la estructura eléctrica y de soterramientos contemplando el futuro inmediato de demandas como es la necesidad cada vez mayor de electrolineras y enchufes en casa para vehículos eléctricos.